El dormitorio y su cama

El dormitorio es una parte del hogar donde se pasa gran parte del tiempo. La cama es un espacio de intimidad y descanso que debe ser acogedor, seguro y cómodo. Cuando se prevé una permanencia en cama prolongado, también es una cuestión de salud.

Para las personas que deben guardar cama, es primordial elegir un colchón específico para una permanencia en cama óptima, para prevenir las escaras. Estas lesiones dolorosas y potencialmente graves aparecen sobre la piel de las zonas de apoyo de los huesos del cuerpo (con mayor frecuencia en el talón y el sacro) de las personas que deben permanecer en cama por largos periodos y que no pueden moverse solas. Los colchones de «memoria de forma» se adaptan suavemente a las formas del cuerpo y de este modo pueden contribuir a evitar las escaras, así como los colchones con células neumáticas constituidos por bloques de espuma independientes.

Cama adaptada, el colchón siempre es importante

Según la patología y las necesidades de la persona este tipo de camas pueden ser adaptadas:

  • La cama dispone de un mando eléctrico que permite levantar o bajar la altura del colchón, lo que facilita el levantarse para la persona y los cuidados para los asistentes. El mando también permite regular la altura del busto o de los pies. La cama puede estar completada con un trapecio para facilitar el enderezamiento en posición semisentada del usuario y de barreras laterales para evitar posibles caídas.

Los pequeños suplementos para el confort

La almohada de la cama debe ser cómoda según la sensación personal, eventualmente con una especificidad: de este modo, una almohada cervical puede ayudar a las personas vulnerables a los dolores de cuello, nuca u hombros a reducir el riesgo de dolor o de malestar. Una pequeña mesa de cama con ruedas, que puede colocarse frente a la persona que guarda cama en posición sentada, es muy apreciada para las comidas, la lectura o la utilización de un ordenador portátil.