Desplazarse
Conservar la movilidad y la autonomía en los desplazamientos diarios es esencial para el bienestar de cada uno, a cualquier edad y cualquiera que sea su estado de salud. Bastones, rollators o andadores: muchas de estas soluciones permiten lograrlo.
Las dificultades para desplazarse pueden ocurrir en numerosas situaciones reduciendo las capacidades del aparato locomotor: traumatismos tras un accidente, minusvalía, enfermedades reumatológicas o neurológicas, edad avanzada, etc. Las ayudas técnicas permiten conservar cierta autonomía y libertad de movimiento, reduciendo al mismo tiempo el riesgo de caídas.
Las “ayudas para caminar”
Los bastones son los más ligeros de estos dispositivos:
- Bastón simple, en particular, en caso de artrosis de una rodilla o de una cadera;
- Bastón inglés con apoyo en el antebrazo, a menudo utilizado durante un esguince o una fractura;
- Muletas para las personas que tienen los brazos o muñecas frágiles, etc.
En caso de daño más severo del aparato locomotor un apoyo sobre 4 puntos puede ser necesario: el andador o un rollator, que en algunos modelos están completados por cestas, asientos, mesitas, etc. El rollator o el andador fijo, muy estable, está más bien indicado para los desplazamientos en interior en caso de trastornos del equilibrio.
Las ayudas para caminar deben adaptarse a cada persona según su patología, su modo de vida, su hábitat y sus preferencias.
La silla de ruedas para el confort
Una silla de ruedas puede ser necesaria en múltiples situaciones: una convalecencia de fractura o esguince, una parálisis, una debilidad general… Plegables, propulsadas con las manos o empujada por un acompañante, existen distintos tipos. La elección se realiza con el profesional de salud y el usuario, según criterios como:
- La autonomía y las capacidades física y mental de la persona;
- La frecuencia y la duración de uso de la silla;
- Los desplazamientos previstos;
- La configuración del domicilio, etc.