El embarazo
Una de cada dos mujeres embarazadas se queja de tener dolor en la parte baja de la espalda y en la pelvis. Estos dolores “lumbo-pélvicos” están vinculados a las modificaciones fisiológicas del embarazo. Son benignos, pero alteran las actividades diarias y el descanso.
Aún no se han dilucidado completamente los mecanismos exactos de los dolores que afectan la pelvis, las caderas, el pubis y la parte baja de la espalda durante el embarazo. Hoy en día se sabe no obstante que entran en juego distintos factores del embarazo:
- El aumento de peso;
- El desplazamiento del centro de gravedad hacia adelante;
- La producción de hormonas destinadas a flexibilizar los tendones y ligamentos de la pelvis para el parto;
- El debilitamiento de los músculos abdominales.
Malestares que pueden persistir
De intensidad variable según las mujeres, estos dolores pueden aumentar en posición erguida, al hacer un esfuerzo, durante la caminata y la torsión del tronco. Pueden ser invalidantes en las actividades diarias y perturbar el sueño. En la mayoría de los casos desaparecen en los meses posteriores al parto, pero en un 7% de los casos, se vuelven persistentes.
Aliviar el peso del malestar
Para aliviar estos dolores, se proponen el descanso y la toma de paracetamol únicamente (muchos medicamentos analgésicos y antiinflamatorios están contraindicados durante el embarazo). La utilización de una faja elástica lumbar y abdominal algunos días por semana y algunas horas al día puede contribuir a disminuir los dolores de la parte baja de la espalda y de la pelvis, en particular durante la caminata y la estación de pie, y mejorar las capacidades en las actividades diarias1.
La gimnasia en piscina, la gestión del aumento de peso o la acupuntura también pueden ayudar a algunas mujeres, en ausencia de contraindicaciones.